Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos, Francia, 15 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.
Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del barroco tardío y las estampas devotas, viaja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipiente neoclasicismo, que adopta cuando marcha a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la manufactura real de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía Mengs, y el pintor español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.
Una serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo denomina de capricho e invención, inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica.
su obra refleja el convulso periodo histórico en que vive, particularmente la Guerra de la Independencia, de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometidas y componen una visión exenta de heroísmo donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición.
Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida por la polémica generada en torno a la identidad de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte burgués.
Pero su obra culminante es la serie de pinturas al óleo sobre el muro seco con que decoró su casa de campo (la Quinta del Sordo), las Pinturas Negras. En ellas Goya anticipa la pintura contemporánea y los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo XX.
La merienda a orillas del Manzanares o La merienda es un cuadro de Francisco de Goya que inaugura la segunda serie de cartones para tapices diseñados para el comedor del Palacio del Pardo. Está inspirada en un sainete homónimo de Ramón de la Cruz.
Ingresó en el Museo del Prado en 1870, cuando Gregorio Cruzada Villaamil la descubrió y describió junto a otras obras. Se encuentra en la colección permanente de la pinacoteca, manteniendo el número de catálogo 785 y exponiéndose en la sala 85.
Representa una escena popular a orillas del río Manzanares en Madrid. Al fondo, oculta por los arbustos, se observa la Ermita de la Virgen del Puerto. El bodegón posee rasgos finos característicos del Goya joven. El flirteo entre la naranjera y los majos raya en los temas que la princesa María Luisa de Parma deseaba para los cartones. La segunda serie de tapices de Goya posee temáticas campestres y está compuesta de poco más de diez cartones.
Goya recibió poco más de 7.000 reales por esta obra, que se le pidió los primeros días del mes y que entregó el 30 de octubre de 1776. De estos temas populares también están impregnados sus compañeros de serie, Baile a orillas del Manzanares y La riña en la venta nueva. Goya está influenciado en la época por su cuñado Francisco Bayeu y Agustín Esteve. La nobleza, en especial María Luisa, desea parecerse al pueblo y solicita cartones que representen escenas típicas de la vida popular de Madrid.
Aureliano de Beruete y Moret destacó las figuras realistas y el enfoque de Goya a los objetos como trajes y botellas. También mostró interés por la expresión y la alegría de los majos. De colores vivos, los majos están llenos de alegría y desenfreno. El color parece por momentos alejarse, y Goya desdibuja algunos elementos de fondo para realzar el efecto.
Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del barroco tardío y las estampas devotas, viaja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipiente neoclasicismo, que adopta cuando marcha a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la manufactura real de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía Mengs, y el pintor español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.
Una serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo denomina de capricho e invención, inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica.
su obra refleja el convulso periodo histórico en que vive, particularmente la Guerra de la Independencia, de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometidas y componen una visión exenta de heroísmo donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición.
Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida por la polémica generada en torno a la identidad de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte burgués.
Pero su obra culminante es la serie de pinturas al óleo sobre el muro seco con que decoró su casa de campo (la Quinta del Sordo), las Pinturas Negras. En ellas Goya anticipa la pintura contemporánea y los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo XX.
La merienda a orillas del Manzanares o La merienda es un cuadro de Francisco de Goya que inaugura la segunda serie de cartones para tapices diseñados para el comedor del Palacio del Pardo. Está inspirada en un sainete homónimo de Ramón de la Cruz.
Ingresó en el Museo del Prado en 1870, cuando Gregorio Cruzada Villaamil la descubrió y describió junto a otras obras. Se encuentra en la colección permanente de la pinacoteca, manteniendo el número de catálogo 785 y exponiéndose en la sala 85.
Representa una escena popular a orillas del río Manzanares en Madrid. Al fondo, oculta por los arbustos, se observa la Ermita de la Virgen del Puerto. El bodegón posee rasgos finos característicos del Goya joven. El flirteo entre la naranjera y los majos raya en los temas que la princesa María Luisa de Parma deseaba para los cartones. La segunda serie de tapices de Goya posee temáticas campestres y está compuesta de poco más de diez cartones.
Goya recibió poco más de 7.000 reales por esta obra, que se le pidió los primeros días del mes y que entregó el 30 de octubre de 1776. De estos temas populares también están impregnados sus compañeros de serie, Baile a orillas del Manzanares y La riña en la venta nueva. Goya está influenciado en la época por su cuñado Francisco Bayeu y Agustín Esteve. La nobleza, en especial María Luisa, desea parecerse al pueblo y solicita cartones que representen escenas típicas de la vida popular de Madrid.
Aureliano de Beruete y Moret destacó las figuras realistas y el enfoque de Goya a los objetos como trajes y botellas. También mostró interés por la expresión y la alegría de los majos. De colores vivos, los majos están llenos de alegría y desenfreno. El color parece por momentos alejarse, y Goya desdibuja algunos elementos de fondo para realzar el efecto.
se merece un 10!!!xD
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